Valor omnipresente, dependientes, adictos; Pocas investigaciones se han realizado hasta la fecha, lo cierto es que hay una gran mayoría que no es capaz de asimilar la asociación entre nuestros hábitos de consumo tecnológico y nuestras diferencias individuales.
Adictos, así son las personas que poseen una gran concentración de impulsividad, neuroticismo y falta de autocontrol.
Nomofobia, viene de No Mobile Phone, dícese de las personas que padecen adicción sobre el teléfono móvil. Tras varios estudios realizados los datos son alarmantes, en pleno siglo XXI la dependencia del Smartphone es abismal, hasta un 66% de la población mundial padece esta enfermedad.
Curiosamente los usuarios de Reino Unido tienen hasta 2 teléfonos (Como mínimo) para estar permanentemente conectados.
5 años atrás era solo el 53% de la población la que sufría móvil dependencia, pero la sociedad avanza y además de los pros que puede ocasionar un aumento de tecnología también lo hacen sus contras, derivándose en casos como estos.
La nomofobia no viene sola, y es que después de tener un bien tan preciado como puede ser para muchos un simple smartphone, viene el miedo a perderlo, que en muchos casos y según la persona, podría convertirse en algo aterrador.
Un 70% de mujeres reconoce que tiene miedo a quedarse sin Smartphone.
Un 61% de hombres reconoce que tiene miedo a quedarse sin Smartphone.
Cifras muy parejas y que asustan.
La nomofobia posee efectos secundarios; Ansiedad, enfado, rechazo, nerviosismo, negación, ocultación, malestar general y disminución de la autoestima.
Lo más interesante son las consecuencias que acarrean el miedo a no tener un Smartphone encima. La mayoría son jóvenes que no encuentran una actividad de ocio que les sacie, por ello suelen ser personas de baja autoestima, con déficit en habilidades sociales.